El apoyo mutuo no es, por tanto, una serpiente en el supuesto Jardín del Edén Democrático, sino una herramienta indispensable para la vida que vendrá. Sin el Estado no llegamos, pero solo con el Estado tampoco. No solo por amor, ni siquiera por un altruismo desinteresado, sino como explicaban Darwin y Kropotkin, para garantizar nuestra supervivencia como especie.
Hermosa reflexión. Hace poco tiempo, pude visitar Concordia, una ciudad en Argentina que se inunda desde 1959. Una de las cosas de las que hablé con los vecinos de las costas del Río Uruguay es que son ellos mismos, mediante la ayuda mutua, quienes se organizan para adaptar sus viviendas a la crecida del río y a las inundaciones. Ellos compran materiales y los dividen según la cantidad de vecinos en una cuadra. Muchas veces consiguen la colaboración de las iglesias del barrio para la construcción de los primeros niveles de casas muy bajas, que se llenan de agua en pocas horas.
No es por desmerecer la actividad del municipio; muchas familias fueron reubicadas a zonas no inundables. Pero la realidad es que los vecinos no quieren irse, sino adaptar sus hogares. Y, muchas veces, existen sutilezas que el Estado o los organismos gubernamentales pueden no captar (o, mejor dicho, ignorar), y se pierde la noción de que la adaptación al clima se basa casi en su totalidad en la colaboración humana.
Me quedo con “aquellos que son físicamente más fuertes, más astutos o más hábiles no se revelan en modo alguno como los más aptos, sino que lo son aquellos que mejor saben unirse y apoyarse los unos a los otros -tanto los fuertes como los débiles- por el bienestar de toda su comunidad”. 💚
Hermosa reflexión. Hace poco tiempo, pude visitar Concordia, una ciudad en Argentina que se inunda desde 1959. Una de las cosas de las que hablé con los vecinos de las costas del Río Uruguay es que son ellos mismos, mediante la ayuda mutua, quienes se organizan para adaptar sus viviendas a la crecida del río y a las inundaciones. Ellos compran materiales y los dividen según la cantidad de vecinos en una cuadra. Muchas veces consiguen la colaboración de las iglesias del barrio para la construcción de los primeros niveles de casas muy bajas, que se llenan de agua en pocas horas.
No es por desmerecer la actividad del municipio; muchas familias fueron reubicadas a zonas no inundables. Pero la realidad es que los vecinos no quieren irse, sino adaptar sus hogares. Y, muchas veces, existen sutilezas que el Estado o los organismos gubernamentales pueden no captar (o, mejor dicho, ignorar), y se pierde la noción de que la adaptación al clima se basa casi en su totalidad en la colaboración humana.
Gran artículo el de hoy, muchas gracias.
Me quedo con “aquellos que son físicamente más fuertes, más astutos o más hábiles no se revelan en modo alguno como los más aptos, sino que lo son aquellos que mejor saben unirse y apoyarse los unos a los otros -tanto los fuertes como los débiles- por el bienestar de toda su comunidad”. 💚